África siempre ha sido representada con un contorno inconfundible que cualquiera puede identificar en un mapa, aunque esa claridad aparente esconde una distorsión en la manera en que se muestra su tamaño real.
La proyección de Mercator, extendida por el uso oficial en instituciones y centros educativos, agrandó regiones del norte y redujo la escala de países del sur, lo que situó a África en una posición cartográfica subordinada. Ese contraste histórico es el que ahora cuestiona la Unión Africana al apoyar la campaña #CorrectTheMap , que exige a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional adoptar una proyección más justa .
Los impulsores de la campaña promueven la adopción de la proyección Equal Earth , creada en 2018 por un grupo internacional de cartógrafos con el objetivo de corregir las deformaciones que arrastraba el modelo de Mercator. El cambio busca que los mapas empleados en colegios, medios de comunicación y foros diplomáticos muestren continentes proporcionados y ajustados a sus dimensiones reales.
En palabras de los geógrafos Jack Swab y Derek Alderman en The Conversation , la propuesta pretende dar un paso más allá de un asunto técnico, ya que se plantea como una forma de revalorizar a África en la representación global.
La elección de un mapa siempre ha tenido consecuencias políticas y culturales
Las tensiones sobre qué proyección utilizar han acompañado a la cartografía desde la segunda mitad del siglo XX, cuando diferentes especialistas señalaron cómo el dibujo de la Tierra condiciona la manera en que los pueblos imaginan su posición en el planeta.
Algunas variantes, como la de Gall-Peters , se propusieron en décadas anteriores como alternativa a Mercator, mientras que diseños como el de Dymaxion buscaban cuestionar la división entre norte y sur. El número de proyecciones posibles supera las 200, y cada una introduce deformaciones distintas , lo que convierte la elección en una decisión con consecuencias políticas y culturales.
El efecto de esas decisiones se aprecia en ejemplos concretos. Donald Trump , al plantear públicamente el interés de Estados Unidos en adquirir Groenlandia , se refirió a la isla como un territorio enorme, cuando en realidad África la supera en extensión unas catorce veces.
La imagen que ofrece Mercator presenta Groenlandia como una masa casi equivalente a la africana, lo que alimenta percepciones equivocadas . Este caso evidencia cómo los mapas no son neutrales , ya que influyen en decisiones, discusiones y expectativas de líderes y ciudadanos.
El legado de la colonización convirtió los mapas en herramientas de control y legitimación de intereses externos
En África la cuestión tiene raíces más profundas, ligadas a la historia de la colonización . Los mapas elaborados en Europa a finales del siglo XIX marcaron rutas comerciales, recursos explotables y fronteras impuestas sin la participación de representantes africanos.
La Conferencia de Berlín de 1885, celebrada sin presencia de delegados del continente, consolidó un reparto territorial que ignoró los saberes locales . Esa cartografía no solo sirvió como herramienta técnica, sino también como mecanismo de control y legitimación de intereses externos .
La proyección de Mercator quedó asociada con esa mirada que encogía a África frente a Europa o América del Norte , una representación que alimentó prejuicios sobre su papel en el mundo. En opinión de los autores del artículo en The Conversation , el debate actual no se limita a una cuestión de escala, ya que también busca restituir un lugar propio a las sociedades africanas en el plano simbólico y político. El cambio de mapa, por tanto, se presenta como un gesto de reparación y un desafío a narrativas que redujeron durante siglos el peso del continente.
Modificar la proyección usada en todo el planeta implica retos considerables . No existe una autoridad única que determine qué mapa deben utilizar gobiernos, escuelas o empresas. Incluso si Naciones Unidas adoptase la Equal Earth como modelo oficial, s u implantación requeriría esfuerzos en libros de texto, plataformas digitales y materiales educativos .
La Equal Earth abre un nuevo camino para que África gane presencia en la representación mundial
Los impulsores de #CorrectTheMap son conscientes de estas dificultades, pero entienden la campaña como un primer paso para abrir un debate global que obligue a revisar hábitos arraigados. Para lograrlo, contemplan estrategias que van desde talleres con docentes hasta encuentros con editores de manuales y foros diplomáticos que multipliquen su alcance.
La adopción de la proyección Equal Earth por parte de la Unión Africana simboliza la voluntad de consolidar una nueva mirada sobre el continente , tanto hacia dentro como hacia fuera. La transformación no resolverá por sí sola siglos de representaciones distorsionadas, aunque sí introduce un punto de partida que cuestiona inercias históricas y propone una representación más equilibrada.
En ese gesto cartográfico, los mapas dejan de ser un simple recurso escolar para convertirse en un terreno donde se disputa el reconocimiento de África en el mundo , y esa disputa se juega en cada trazo de tinta sobre el papel.