Muchas veces, cuando hablamos de adónde queremos ir, es normal y lógico que mencionemos dónde estuvimos y dónde estamos. El Perú, hasta hace no mucho, fue un ejemplo de crecimiento económico y reducción de la pobreza en la región. Hoy, los tiempos son distintos: expansión anual moderada y somos 7,4% más pobres que en el 2019.
El camino para remediar la situación lo conocemos y lo hemos recorrido. Y si bien tenemos que volver a la receta de la inversión privada para crecer, hoy no bastan la inversión y la generación de empleo –que son consecuencias importantísimas del día a día de los negocios–. Es evidente que debemos hacer ajustes para maximizar la calidad de la recuperación y también prolongar sus beneficios. En eso, el sector público tiene la mayor responsabilidad, pero el sector priva