Muchas veces nos deshacemos de objetos porque ya no los usamos o simplemente porque nos falta espacio, sin pensar en cómo podrían revalorizarse con el paso del tiempo. Ha ocurrido con máquinas de coser Singer, con juguetes de los años 80 y hasta con las cartas Pokémon de primera generación, por las que se han llegado a pagar auténticas fortunas. Ahora, el turno es de los casetes: aquellos que todos tuvimos en casa y que muchos tiramos sin pensarlo. Hoy, algunos ejemplares valen literalmente su peso en oro.
El fenómeno del casete vintage
¿Quién habría imaginado hace veinte años que una cinta de casete podría costar lo mismo que un coche —o incluso una casa—? Este fenómeno no es aislado: forma parte de una tendencia más amplia en el mercado vintage, donde la rareza y el valor sentimental