La comunidad de El Paraíso, en Ciudad Bolívar, Bogotá, está en shock tras el asesinato de un adolescente de 17 años, Noverney Zúñiga Murieles. El trágico suceso ocurrió el 2 de agosto y se originó por un conflicto vecinal relacionado con un balón de fútbol que cayó en el tejado de una casa. La hermana menor de Noverney, de 13 años, fue insultada al intentar recuperar la pelota, lo que llevó al joven a intervenir y pedir explicaciones a los agresores.
Según el relato de su madre, Maricela Zúñiga, la discusión se intensificó rápidamente. "Mi hijo le llamó la atención, le reclamó y en ese momento se empujaron y se agredieron", afirmó Maricela en una entrevista. Durante la riña, Noverney fue apuñalado en la cara y en el corazón, lo que resultó en su muerte. Su madre describió las heridas: "Le cortaron la cara y le cortaron la mano (...) y le dio una puñalada en la parte del corazón".
A pesar de que la Policía detuvo a un adulto y a un menor de edad presuntamente implicados en el homicidio, ambos fueron liberados poco después, lo que ha generado indignación en la familia y la comunidad. Maricela expresó su frustración: "Dejaron al papá libre y a los días me entero que dejaron al otro menor libre. Hasta el momento dicen que todo está en investigación".
La familia de Noverney también ha enfrentado hostigamientos en redes sociales, donde allegados de los agresores han intentado vincular al joven con actividades delictivas. Maricela denunció que estos comentarios son una agresión adicional: "Quieren hacerle creer a la gente que mi hijo era parte de una de ellas".
Este caso resalta una preocupante tendencia en Bogotá, donde el 40% de los homicidios son atribuidos a actos de intolerancia, según la Policía Metropolitana. La muerte de Noverney es un doloroso recordatorio de cómo una simple disputa puede escalar a una tragedia fatal, reflejando la crisis de violencia en la capital colombiana.