En septiembre, el Gobierno nacional presentó una nueva reforma tributaria con el objetivo de recaudar cerca de 26 billones de pesos. Esta cifra se considera una de las más altas en la historia de las reformas tributarias en el país. Sin embargo, el proyecto ha generado diversas críticas, ya que afecta a productos consumidos por las familias de clase media, sin gravar adecuadamente a los más ricos, como se había prometido en la campaña electoral.
La reforma incluye un impuesto del 19 % sobre servicios de entretenimiento, ocio y lujo. Esto significa que actividades como ir a conciertos, ver partidos de fútbol o asistir a funciones de teatro serán más costosas. El impuesto se aplicará sobre el valor total de la entrada y cualquier cargo adicional, y deberá estar claramente indicado en la factura y en la lista de precios. Sin embargo, se ha establecido un umbral: solo se gravarán los eventos con boletería que supere los 497.990 pesos, es decir, 10 UVT, para no afectar a eventos pequeños o comunitarios.
Además, la reforma introduce un nuevo impuesto del 5 % a las plataformas de streaming y servicios digitales que operan desde el exterior, como Netflix, Amazon Prime y HBO Max. Este impuesto se aplicará sobre el impuesto de renta de estas empresas, afectando así el costo de sus servicios para los usuarios en el país.
Por otro lado, las compras en plataformas extranjeras de retail también se verán afectadas. La reforma elimina la exención del IVA para productos que cuesten menos de 200 dólares, lo que significa que a estos productos se les añadirá un 19 % al precio. Esto hará que las promociones de Amazon y Temu, entre otras, ya no sean tan atractivas como antes.
En resumen, la nueva reforma tributaria busca aumentar la recaudación del Estado, pero su impacto en el bolsillo de los ciudadanos, especialmente de la clase media, ha generado un amplio debate y descontento.