Cuando el conflicto armado entre guerrillas y grupos de autodefensas trajo muerte, dolor y destrucción, la vereda La Linda perdió su encanto. Los campesinos no soportaron más violencia y se desplazaron mientras abandonaban fincas, cultivos, familiares y la comunidad se desintegró.

A finales de los años noventa, la población de esta zona de El Carmen de Viboral sufrió por los homicidios, los enfrentamientos armados en sus predios, el riesgo de los campos minados que les impedía salir a cultivar y hasta el reclutamiento forzado de sus jóvenes.

Rodrigo Alonso Buitrago fue uno de los cientos de desplazados desde 1998, recordó que “primero llegó la guerrilla y se llevaron muchos jóvenes y después vinieron los paramilitares y empezaron a matar campesinos y armarse enfrentamientos y mucha gent

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