El Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ) se ha instalado oficialmente en la Ciudad de México, con la firme advertencia de que los jueces corruptos enfrentarán penas de cárcel y sanciones severas. En una sesión solemne, se dieron cita los nueve ministros de la Suprema Corte, la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, y otros funcionarios destacados. El magistrado Rufino H. León Tovar enfatizó: “queremos aplicación de la ley por encima de privilegios, daremos cárcel a los juzgadores corruptos y sanciones severas a quienes retarden la justicia”.
La presidenta del Tribunal de Disciplina subrayó que es inadmisible la existencia de conductas ilícitas entre los juzgadores. Aseguró que este nuevo órgano tiene la competencia para sancionar a quienes no cumplan con su deber. “Vamos a cuidar el adecuado desempeño de la Judicatura, elevaremos los niveles de eficacia y sancionaremos a los que resulten responsables”, afirmó.
El TDJ, que reemplaza al Consejo de la Judicatura, tiene como objetivo evaluar y vigilar a los 137 jueces y magistrados recién nombrados. Jerónimo Alejo Nicolás, uno de los magistrados, destacó que la responsabilidad será clave en su labor. “Vamos a vigilar y a sancionar a los servidores públicos del nuevo Poder Judicial”, declaró.
El Tribunal está compuesto por cinco magistrados, quienes permanecerán en sus cargos hasta 2031. Diego Armando Guerrero García, otro de los magistrados, mencionó que las primeras acciones del TDJ se centrarán en mejorar el Poder Judicial y reconocer a quienes cumplen con su labor. “Vamos a hacer una evaluación muy importante de cómo está el Poder Judicial”, indicó.
La creación del TDJ se produce tras la reciente reforma judicial impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Esta reforma busca garantizar la independencia y la credibilidad del Poder Judicial. Guerrero García también hizo hincapié en la importancia de la participación ciudadana, invitando a la población a presentar denuncias sobre irregularidades.
El nuevo Tribunal de Disciplina Judicial se enfrenta a un gran desafío: restaurar la confianza en el sistema judicial. La instalación del TDJ se produce en un contexto donde la participación ciudadana en las elecciones judiciales fue baja, con un 14.8% de votantes. A pesar de esto, los magistrados electos esperan que su trabajo contribuya a cambiar la percepción negativa del Poder Judicial.