Entre 2019 y 2024, las denuncias por extorsión en Ica aumentaron en 346%, pasando de 134 casos a 598, según cifras del Ministerio del Interior (Mininter). Este salto muestra cómo el delito ha ido ganando terreno de manera sostenida en la región.
Y detrás de las estadísticas hay una realidad concreta: cada vez más comerciantes y emprendedores se ven obligados a destinar parte de sus ingresos al pago de cupos para evitar represalias de las mafias. Se trata de un dinero que en lugar de usarse para crecer, generar empleo o mejorar sus negocios, termina en manos de extorsionadores.
“El aumento de las extorsiones se evidencia en la vida diaria. Pensemos en un restaurante: sus dueños, en lugar de enfocarse en crecer, sienten temor de ser víctimas. Recursos que podrían destinarse a mejo