Lo que comenzó como una manifestación contra las retribuciones de los parlamentarios se ha ido ampliando tras la muerte en Yakarta de un trabajador de 21 años
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Al menos siete muertos, cientos de personas heridas, al menos 20 desaparecidos, y edificios públicos incendiados y saqueados por toda Indonesia. Este es el saldo de las protestas contra el Gobierno que comenzaron la semana pasada y que han sacado a las calles de todo el país a miles de personas.
Los enfrentamientos entre la policía antidisturbios y los manifestantes con piedras comenzaron en Yakarta, pero se extendieron rápidamente más allá de la capital. Representan una prueba crucial para el exgeneral y presidente Prabowo Subianto, que lleva menos de un año en el cargo.
¿Qué desencadenó las protestas?
Las protestas comenzaron el 25 de agosto cuando miles de personas se concentraron frente al parlamento nacional para manifestar su desacuerdo con las nuevas asignaciones por alojamiento a los diputados, que representan casi 10 veces el salario mínimo de Yakarta.
El malestar también está relacionado con las estrictas medidas de austeridad impuestas por el presidente Prabowo, que incluyen recortes en educación, salud y obras públicas. Los manifestantes protestaban contra las “élites corruptas” dentro del Gobierno y contra las políticas que benefician al Ejército y a los conglomerados empresariales, según un comunicado de prensa de la organización estudiantil Gejayan Memanggil. Una alusión evidente a la creciente importancia del Ejército en la vida civil bajo el Gobierno de Prabowo.
Las manifestaciones se extendieron por todo el país y aumentaron su violencia el viernes, tras la muerte durante la noche del jueves de un repartidor de 21 años en Yakarta. En imágenes de vídeo se ve a un equipo de la unidad policial paramilitar de élite atropellar al repartidor con su vehículo blindado mientras avanza contra un grupo de manifestantes.
¿Qué ha pasado desde entonces?
Los manifestantes han incendiado edificios gubernamentales y comisarías por todo el país. Ha habido manifestaciones en la ciudad de Gorontalo (isla de Sulawesi), en la de Bandung (Java), en la de Palembang (Sumatra), en la de Banjarmasin (Borneo), en la de Yogyakarta (Java), y en la de Makassar (Sulawesi).
Al menos tres personas murieron el viernes tras un incendio provocado por manifestantes en un edificio municipal de la ciudad oriental de Makassar. Una cuarta persona falleció en Makassar, golpeada por una turba que le atribuía erróneamente ser miembro de los servicios de espionaje.
Un estudiante murió el viernes durante los enfrentamientos entre la policía antidisturbios y los manifestantes de Yogyakarta. En la ciudad de Solo, un conductor de bicitaxi de 60 años que padecía asma aguda quedó inconsciente debido a los gases lacrimógenos. Murió el domingo mientras lo trataban en el hospital.
Al menos 20 personas están desaparecidas en las ciudades de Bandung, Depok y en cuatro distritos de Yakarta, según señaló en un comunicado la Comisión por los Desaparecidos y Víctimas de la Violencia (KontraS).
La residencia de la ministra de Finanzas, Sri Mulyani Indrawati, fue saqueada durante el fin de semana (la ministra no estaba dentro). Algunas informaciones señalan el saqueo de las casas de varios legisladores.
Tras cinco días de protestas en Yakarta, las autoridades aseguran que han detenido a más de 1.240 personas. Según el gobernador de la ciudad, Pramono Anung, las pérdidas por los daños causados con el incendio de autobuses, metros y otras infraestructuras públicas ascienden a 55.000 millones de rupias indonesias [unos 2,9 millones de euros]. El gobernador también comunicó que 700 personas resultaron heridas en las protestas.
¿Cómo ha respondido el Gobierno?
Prabowo canceló un viaje de alto nivel a China, donde tenía previsto asistir a un importante desfile militar, y ordenó el domingo que las fuerzas de seguridad tomaran medidas firmes contra los manifestantes. “Hay indicios de actos ilegales, que hasta podrían constituir [delitos de] traición y terrorismo”, dijo. “De acuerdo con la ley, he ordenado que la Policía y el Ejército tomen medidas lo más firmes posible contra la destrucción de infraestructuras públicas y el saqueo de viviendas particulares y centros empresariales”, añadió.
Pero en una concesión poco común a los manifestantes, Prabowo también anunció un recorte en las retribuciones de los legisladores, incluida la polémica asignación para alojamiento, así como en los viajes al extranjero.
Prabowo añadió que la Policía investiga a siete agentes relacionados con el incidente que terminó con la vida del repartidor, y que había pedido que la investigación fuese rápida y transparente para que pudiera ser supervisada de manera pública. Dijo que se aseguraría de que su Gobierno prestase apoyo financiero a la familia del repartidor.
Prabowo volvió al estilo desafiante el lunes, cuando anunció que el número de agentes heridos durante los disturbios subía a 40. “Es posible que algunos miembros de la policía se hayan equivocado... Pero no olvidemos el sacrificio de decenas de agentes”, dijo durante una visita al hospital donde se trata a los policías heridos.
¿Qué dice el resto del mundo sobre las protestas?
Naciones Unidas pidió el lunes una investigación por presunto uso desproporcionado de la fuerza para reprimir las protestas. La ONG Human Rights Watch acusó a las autoridades indonesias de actuar “de forma irresponsable al tratar las protestas como actos de traición o de terrorismo”.
Según la directora para Asia de la organización de derechos humanos, Meenakshi Ganguly, la reacción del Gobierno es especialmente preocupante teniendo en cuenta “el conocido historial de las fuerzas de seguridad de descargar contra los manifestantes una fuerza innecesaria y excesiva”.
Varias embajadas y consulados en Indonesia, incluidos los de Estados Unidos, Australia, Francia, Canadá, y otros países del sudeste asiático, han publicado advertencias de viaje y aconsejado a sus ciudadanos que eviten las áreas donde se desarrollen manifestaciones y las grandes concentraciones públicas.
Con información de agencias.
Traducción de Francisco de Zárate