Un vuelo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE, por sus siglas en inglés) devolvió la semana pasada a 161 cubanos deportados a la isla gobernada por el Partido Comunista, la primera vez en años que muchos de los hombres y mujeres a bordo tocaban suelo cubano.

Al llegar, a los deportados se les retiraron los grilletes de muñecas y tobillos y, uno a uno, descendieron por la escalerilla del avión chárter 767 para ser reprocesados por funcionarios cubanos de inmigración y sanidad que los esperaban. Algunos parecían visiblemente aturdidos por regresar de repente a su tierra natal.

De acuerdo con las autoridades cubanas, el vuelo tuvo el mayor número de deportados recibidos hasta la fecha, otra señal de la determinación del Gobierno de Trump de modificar radicalmente

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