Las duchas italianas llegaron para quedarse y cambian la forma en la que pensamos el baño de casa. Cada vez más personas eligen este diseño abierto y minimalista, que deja atrás las mamparas y las bañeras tradicionales para ganar en comodidad, limpieza y espacio.

A diferencia de las duchas convencionales, la italiana es un espacio abierto, a ras de suelo y sin escalones ni barreras. Esto no solo suma puntos en lo estético, sino que también facilita el acceso y da una sensación de amplitud que se nota, sobre todo, en baños chicos donde cada metro cuenta.

Más fácil de limpiar y sin complicaciones

Uno de los grandes problemas de las mamparas es la acumulación de sarro y restos de jabón en los perfiles y cristales. Con la ducha italiana, eso queda en el pasado: no hay vidrios ni marcos

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