Volvieron a aparecer en campaña, cuando el gobierno de Javier Milei menos lo esperaba. Primero con el fentanilo adulterado y después con los audios de las coimas de Diego Spagnuolo, la industria farmacéutica, los laboratorios como HLB Pharma de Ariel Garcia Furfaro, las droguerías como la Suizo Argentina de los hermanos Kovalivker se convirtieron en protagonistas en la recta final del año electoral.
No es la primera vez. Al contrario, con otros nombres y otras particularidades, la sombra del poderoso lobby farmacéutico sobre la política argentina aparece como una constante que se acentuó a lo largo de las décadas, con particular intensidad en las últimas elecciones presidenciales. Así lo demuestra un informe especial que analiza los vínculos del sector con las redes de criminalidad organi