Las pedagogas Lisa Paglin y Marianna Brilla han convertido un antiguo palazzo de Osimo en un santuario del ‘bel canto’ al que acuden jóvenes promesas y artistas consagrados de la lírica para reeducar su instrumento

Se conocieron a principios de los años setenta en la Universidad de Indiana. Sentada en el suelo, Lisa Paglin repasaba unas partituras para su clase de piano. “Marianna, que ya era una gran cantante de ópera, recién llegada de Nueva York envuelta en un abrigo elegante y altos tacones, se me acercó para preguntarme por el aula de Margaret Harshaw ”, recuerda la soprano retirada y cofundadora del New Voice Studio . Tras ese primer encuentro, no perdieron el contacto. “Lisa se convirtió en una estrella de la Staatsoper de Viena ”, relata Marianna Brilla al teléfono. “Pero,

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