En Chihuahua, el Instituto Estatal Electoral ha cumplido con su responsabilidad y en la reciente toma de protesta del Poder Judicial la gobernadora María Eugenia Campos reconoció su trabajo, así como la coordinación con el propio INE. Sin embargo, el quehacer local no siempre ha estado exento de cuestionamientos, pues su funcionamiento depende de presupuestos estatales y de negociaciones políticas que terminan mermando su autonomía.

Centralizar la función electoral en un solo órgano nacional permitiría acabar con esa vulnerabilidad. Un INE fortalecido garantizaría reglas parejas en todas las entidades, sin los vaivenes de las presiones locales ni la tentación de los gobernadores de influir en los procesos. El modelo de un árbitro único puede significar mayor certeza, menos gastos y una ju

See Full Page