Vivir con la familia puede ser cómodo y hasta práctico, pero llega un momento en que la idea de tener un espacio propio comienza a rondar la cabeza. Independizarse no es solo mudarse: implica asumir nuevas responsabilidades, organizarse con el dinero y aprender a manejar una rutina distinta en medio del ritmo acelerado de la ciudad.
En la capital, por ejemplo, donde los arriendos, el transporte y hasta el mercado parecen subir de precio cada semana , tomar la decisión de dejar el hogar familiar exige preparación. No se trata únicamente de encontrar un apartamento bien ubicado, sino de planear cómo costearlo, equilibrar gastos y, sobre todo, mantener la calma frente a imprevistos que pueden aparecer desde el primer mes.
Un experto le explica a EL TIEMPO todo lo que debe tener en cuenta a