Quienes acompañamos el proceso de escritura de estudiantes que transitan el Nivel Superior sabemos que nuestra tarea no se limita únicamente a corregir o revisar las formas y convenciones propias del discurso académico. También valoramos las huellas que dejan en sus escritos: sus preguntas, dudas, certezas, interpretaciones sobre un determinado tema, etc. Por medio de estas huellas o marcas, manifiestan su subjetividad, su manera de pensar, de aprender, su manera de inscribirse en el texto. Es esa presencia la que garantiza la originalidad y la riqueza de sus escritos, más allá, claro está, del estilo objetivo y neutral que predomina y caracteriza a la escritura académica.
En los últimos tres años aproximadamente, sin embargo, he notado que estas marcas de subjetividad aparecen con men