Sobrevivientes del tiroteo masivo más mortífero en Lewiston, Maine, y familiares de las víctimas están demandando al gobierno federal, alegando que el Ejército pudo y debió haber impedido que uno de sus reservistas llevara a cabo lo que llaman "una de las tragedias masivas más prevenibles en la historia de Estados Unidos".

Dieciocho personas murieron en octubre de 2023 cuando Robert Card abrió fuego en una bolera, un bar y una parrilla. Una comisión independiente nombrada por el gobernador de Maine concluyó posteriormente que hubo numerosas oportunidades de intervención tanto por parte del Ejército como de las agencias civiles a medida que la salud mental del atacante se deterioraba. Fue encontrado muerto por suicidio dos días después de los tiroteos.

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