Las redes sociales japonesas han estallado después de que un "instagrammer" australiano se grabara bebiéndose una ofrenda funeraria en un cementerio , lo que ha llevado a su embajada a emitir una inusual petición de pudor y ha aumentado la irritación social en medio del bum turístico en el país asiático.

El protagonista de la polémica es Lochie Jones , quien momentos antes de abrir una lata posada junto a una lápida, una ofrenda habitual en Japón para saciar la sed de los difuntos, tomó una moneda también ritual para jugarse a cara o cruz si tomarse el refrigerio.

Tras terminarlo, eructó frente a la tumba , tal y como quedó grabado en el video, publicado el 4 de agosto, y que ha generado multitud de comentarios en redes desde entonces.

El incidente tuvo lugar en un campo santo

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