Se calcula que pueden ser una treintena, pero la cifra, lógicamente, no se puede determinar con exactitud. Se trata de los zulos "logísticos" de ETA que permanecen sin descubrir y en los que la banda criminal guardaba armas y explosivos. "Puede que nunca se lleguen a encontrar, salvo que se produzca alguna casualidad", según han informado a LA RAZÓN expertos antiterroristas.

Estos escondites quedaron "abandonados" por diversas circunstancias. En algunos momentos, era tal la actividad antiterrorista de las Fuerzas de Seguridad en Francia que a la detención de un cabecilla le seguía inmediatamente la de su sucesor, y la del siguiente, de tal modo que los les daba tiempo para comunicar, con todos los detalles, donde se encontraban los zulos.

En otra ocasiones, eran los propios etarras lo

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