Durante más de dos décadas, Leandro de Souza fue conocido como el hombre más tatuado de Brasil. Con el 95% de su piel cubierta por más de 170 tatuajes se convirtió en un personaje inconfundible en eventos y en la vida pública.

Sin embargo, a los 35 años, el fotógrafo oriundo de Bagé, una ciudad fronteriza con Uruguay, decidió borrar ese pasado con la misma determinación con la que alguna vez lo construyó, sometiéndose a un arduo tratamiento con láser para eliminar cada una de las marcas que lo acompañaron desde su adolescencia.

Según reseñó Infobae, la decisión está íntimamente ligada a un giro espiritual y personal. Tras una década marcada por las adicciones y la inestabilidad emocional, De Souza encontró en la fe evangélica un nuevo propósito.

“Hice mi primer tatuaje a los 13 años. En

See Full Page