Los gobiernos de México y Estados Unidos han alcanzado un nuevo acuerdo de cooperación bilateral enfocado en la seguridad fronteriza, la migración irregular y la lucha contra el tráfico de fentanilo. Este acuerdo, anunciado por la presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio, subraya la importancia de la relación estratégica entre ambos países y establece un marco de trabajo basado en el respeto y la responsabilidad compartida.
El acuerdo incluye la creación de un Programa de Cooperación sobre Seguridad Fronteriza y Aplicación de la Ley. Este programa busca intensificar la colaboración entre las instituciones de seguridad nacional, cuerpos de policía y autoridades judiciales de ambos países. Se formará un grupo de alto nivel que dará seguimiento a los compromisos, con un enfoque en desmantelar las redes de crimen organizado, reforzar la seguridad en la frontera y combatir el tráfico de drogas y armas.
Uno de los puntos clave del acuerdo es la atención al flujo ilegal de personas en la frontera. Ambas naciones han coincidido en la necesidad de implementar acciones inmediatas que no solo frenen los cruces irregulares, sino que también protejan los derechos de los migrantes. Se busca evitar que las redes criminales se beneficien del tráfico de personas, al tiempo que se desarrollan mecanismos de cooperación humanitaria.
La crisis del fentanilo ha sido identificada como una de las mayores amenazas para la salud pública en la región. México y Estados Unidos se han comprometido a detener la producción y el tráfico de esta sustancia, así como de otras drogas ilícitas. El acuerdo incluye mejorar los procesos judiciales contra las redes criminales y coordinar campañas de prevención del consumo de opioides.
Además, se enfatiza la importancia de fortalecer la cooperación en materia de salud pública. Ambos países acordaron impulsar campañas educativas sobre los riesgos del consumo de drogas, enfocándose en proteger a jóvenes y poblaciones vulnerables. La visión conjunta es clara: hacer que las comunidades de México y Estados Unidos sean más seguras, reduciendo la violencia y el tráfico ilícito a través de una coordinación estrecha y sostenida.