Vivir en una ciudad puede ser estimulante, pero también desgastante. El ruido constante, el tráfico, las pantallas y el ritmo acelerado de la vida urbana afectan directamente la salud mental.
Estrés, ansiedad y fatiga son síntomas cada vez más comunes entre quienes pasan la mayor parte de su tiempo rodeados de cemento y sin espacios para desconectarse.
En los últimos años, distintos estudios han demostrado que el contacto con la naturaleza no solo mejora el bienestar físico, sino que también tiene efectos directos en la mente.
Una investigación de Stanford y la Universidad de Leiden, publicada en la revista Medical Press , reveló que los habitantes pueden mejorar su salud mental con tan solo 15 minutos de contacto diario con la naturaleza .
No hace falta ejercitarse ni realizar