Desde hace años los científicos llevan advirtiendo que una de las consecuencias del cambio climático será la proliferación de incendios forestales cada vez más virulentos y peligrosos. Y sus pronósticos se están cumpliendo. Desde Grecia a Turquía, pasando por Italia, el sur de Francia, Portugal y, por supuesto, España han sido este verano pasto de las llamas. El sistema de satélites de Copernicus nunca antes en su historia había registrado tantos fuegos en Europa: se han contabilizado un millón de hectáreas quemadas. Pero ha sido el noroeste español la zona más castigada. Solo en Galicia han ardido una de cada siete hectáreas calcinadas en el continente europeo (el 14%).

Aunque las cifras de superficie quemada de Copernicus difieren ligeramente de las aportadas por la Xunta , sus es

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