La autonomía de un coche eléctrico depende de varios factores. El peso del vehículo, los neumáticos o el tipo de motor eléctrico, así como el software de gestión energética, el entorno (temperatura exterior y orografía) y el estilo de conducción influyen directamente, pero el elemento más determinante es la batería .

Es simple: cuanto más grande es la batería, más energía es capaz de almacenar y, por tanto, más kilómetros es capaz de recorrer. El tamaño de la batería varía bastante según el vehículo. Por ejemplo, la de un Tesla Model S puede ser de hasta 100 kWh, lo que se traduciría en torno a 600 kilómetros WLTP (protocolo internacional para la medición de forma realista de la autonomía y el consumo energético).

Se estima que la autonomía media de los automóviles elé

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