Hay lugares que se graban en la memoria como cicatrices luminosas. No son solo espacios físicos, sino escenarios cargados de emoción: la casa donde crecimos, la escuela del barrio, la cafetería donde conocimos a alguien importante.

A veces, al regresar a esos sitios después de años, sentimos una mezcla de nostalgia y pertenencia difícil de explicar. ¿Por qué la arquitectura y los espacios tienen tanto poder sobre nuestra memoria?

El hipocampo y los mapas del lugar

La respuesta comienza en el cerebro. El hipocampo, región asociada a la memoria, también procesa información espacial.

Allí se forman los llamados “mapas cognitivos” , representaciones internas de los lugares que habitamos. Cada esquina, cada olor, cada textura queda asociada a recuerdos y emociones.

Por eso, un lugar pu

See Full Page