La llegada del cometa 3I/ATLAS (3I significa “tercer interestelar”), un cuerpo celeste que proviene de los confines de la Vía Láctea y que, según los expertos, nació mucho antes que el propio Sol, abrió una ventana única para los astrónomos.

Observarlo desde la Tierra, sin embargo, será imposible en el momento de su máximo acercamiento . El cometa pasará demasiado cerca del Sol y quedará oculto desde nuestra perspectiva. Incluso telescopios espaciales de enorme capacidad, como el Hubble o el James Webb , no podrán seguirlo en ese tramo. La tarea recaerá en las naves y sondas que ya se encuentran en órbita alrededor de otros planetas o que estudian la heliosfera.

Será una carrera contra el tiempo para captar la mayor cantidad de datos antes de que el visitante se pier

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