China lleva décadas hurgando en los sistemas informáticos de empresas y agencias estadounidenses, apropiándose de diseños industriales, investigaciones sensibles y documentos oficiales. Pero este ataque supone un salto cualitativo.
Los principales servicios de inteligencia occidentales, incluido el CNI español, consideran que se trata de la campaña de ciberespionaje más extensa lanzada por Pekín, con alcance global y un volumen de información robada que podría haber afectado a casi todos los ciudadanos de Estados Unidos.
La ofensiva, descrita como “indiscriminada” y “desenfrenada” por funcionarios británicos y estadounidenses consultados por The New York Times , no se limitó a redes gubernamentales. Penetró en grandes compañías de telecomunicaciones, cadenas hoteleras, aerolíneas