La música acompaña a la humanidad desde tiempos remotos. Está presente en rituales, celebraciones, guerras, duelos y momentos cotidianos. Pero más allá de ser un simple entretenimiento, la música tiene un efecto profundo en las emociones y en la manera en que percibimos el mundo.
La música y el cerebro
Cuando escuchamos una canción que nos gusta, el cerebro libera dopamina, un neurotransmisor relacionado con el placer. Esta reacción es similar a la que se produce con la comida o el ejercicio. Por eso, la música puede generar felicidad, motivación e incluso reducir la sensación de dolor.
Estados de ánimo y memoria
Un ritmo enérgico puede llenarnos de energía, mientras que una melodía tranquila favorece la relajación. Además, la música está estrechamente ligada a la memoria: escuchar una