El chocolate caliente, una bebida que durante generaciones ha acompañado los inviernos y las sobremesas familiares, ha ido quedando relegado en un mundo donde abundan las opciones catalogadas como “más saludables”. Sin embargo, detrás de esa taza que muchos recuerdan con nostalgia se esconden propiedades científicas que lo convierten en un aliado del cerebro y del bienestar emocional.
Lejos de ser un simple capricho dulce, cuando se elabora con cacao puro y sin azúcares añadidos, este clásico ofrece beneficios que van desde la mejora de la memoria hasta la reducción del estrés. Diversos estudios han demostrado que sus compuestos antioxidantes, en particular los flavonoides, estimulan la actividad cerebral, favorecen la concentración y ayudan a mantener un mejor estado de ánimo. • El Ayu