El mundo de la moda se encuentra de luto tras la muerte de Giorgio Armani, el icónico diseñador italiano, a los 91 años. Su fallecimiento ocurrió en la madrugada del 4 de septiembre en Milán, rodeado de su familia y de su compañero Leo Dell’Orco. La noticia fue confirmada por su grupo empresarial, que destacó su dedicación inquebrantable al trabajo hasta sus últimos días.
Armani, nacido en Piacenza en 1934, fundó su propia casa de moda en 1974. Su legado incluye la transformación de la sastrería clásica, especialmente para hombres, al eliminar hombreras rígidas y cortes severos. Introdujo líneas suaves y materiales ligeros que respetaban el movimiento natural del cuerpo, marcando una ruptura con las formalidades tradicionales y dando paso al concepto de "lujo silencioso".
A lo largo de su carrera, Armani vistió a numerosas estrellas de Hollywood, desde Richard Gere en "American Gigolo" hasta Zendaya y Timothée Chalamet. Su estilo sobrio y sofisticado se convirtió en un referente en festivales de cine como Cannes y los Premios Oscar. Su relación con el cine y el espectáculo fue fundamental para su relevancia global.
Además de su impacto en la moda, Armani fue un empresario destacado, diversificando su marca en líneas como Emporio Armani y Armani Casa. Su empresa cuenta con más de 650 tiendas y cerca de 9.000 empleados en todo el mundo. Para asegurar la continuidad de su legado, creó una fundación que protege su grupo empresarial de la fragmentación tras su fallecimiento.
Armani fue pionero en un estilo que desafiaba la rigidez, apostando por la comodidad sin sacrificar la elegancia. Desde 2016, prohibió el uso de pieles, posicionándose como un innovador responsable en el sector. Su filosofía de la moda como un lenguaje de permanencia dejó una huella profunda en diseñadores y consumidores.
Con su partida, la industria de la moda pierde a un creador talentoso y a un símbolo de la elegancia italiana. Su visión trascendió las pasarelas, influyendo en la cultura visual y en la percepción de la moda en el mundo actual. Giorgio Armani deja un legado de innovación y compromiso empresarial, consolidándose como uno de los diseñadores más influyentes de la historia de la moda.