El líquido oscuro que en un vaso de plástico sostiene el ingeniero Brecio Daniel Lazo Baltazar no es una gaseosa. Es gasolina obtenida a partir de botellas descartables, esas que inundan los tachos de basura, las calles, los ríos y los canales de regadío de la región Junín.

El docente de la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP) presentó un reactor capaz de transformar residuos plásticos en energía, un prototipo que podría abrir nuevas rutas frente a la crisis de contaminación que asfixia a las ciudades.

De acuerdo con su investigación, 13 kilos de plástico bastan para producir dos litros de aceite pirolítico y un balón de gas de 10 kilos. En teoría, si se procesaran las 41 toneladas de plásticos que Junín desecha cada año, se obtendrían 6 308 litros de aceite y más de 3 100 bal

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