El Perú sufre un mal endémico: la mediocridad de su clase política. Nuestros gobernantes, más preocupados en sobrevivir el día a día y en ganar aplausos fáciles, gobiernan bajo la lógica de la inmediatez. No entienden los problemas de raíz, ni menos aún tienen visión de futuro. Como sostengo: “Cuando uno tiene un problema y no entiende el problema, lo más seguro es que al aplicar una supuesta solución, lo único que sucederá es que empeoraremos el problema… y más aún, si negamos que tenemos el problema…el problema será mayor.”

Así actúan nuestros políticos: improvisando, negando la realidad y aplicando parches que solo agravan los males estructurales del país. Un ejemplo claro se encuentra en el tráfico y la construcción de los óvalos hechos en y para el Perú. Cuando dos vías colapsan, la

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