Dejar de cubrir los pagos de una tarjeta de crédito puede parecer una salida rápida cuando el dinero no alcanza, pero las consecuencias se acumulan con rapidez y pueden acompañarte durante años.

Desde intereses más altos hasta la pérdida de oportunidades laborales, el impacto de esa decisión es mucho más grande de lo que muchos creen.

Primeras consecuencias: cargos e intereses

Un atraso de apenas 30 días ya enciende las alarmas: se aplican recargos por demora, la tasa de interés se dispara y el puntaje crediticio puede desplomarse hasta 100 puntos.

Además, otros acreedores podrían aumentar sus propias tasas al detectar el incumplimiento.

Cuando el retraso se prolonga

Si pasan dos o tres meses sin pagar, el daño se intensifica. La deuda crece rápidamente y el historial crediticio si

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