Como ya les sucedió a José María Aznar y a Mariano Rajoy en su momento, Alberto Núñez Feijóo padece el síndrome del jefe de la oposición del PP, que consiste en que todo el mundo se ve capacitado para orientarle sobre cómo debe ejercer su papel. Unos lo criticarán por ser demasiado agresivo y otros por pecar de timorato –a Rajoy le llegaron a poner el mote de maricomplejines –. En estas circunstancias, Feijóo sabía que hoy sería criticado hiciera lo que hiciera en relación con su asistencia o no a la apertura del año judicial . Al final se ha decantado por no acudir en protesta por la presencia del procesado fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y por las palabras de Pedro Sánchez contra algunos jueces.

Pues bien, apuntándonos a esta corriente de opinar sobre el papel de

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