Hoy se inaugura el año judicial en un solemne acto en el Tribunal Supremo, presidido por Su Majestad el Rey. Una ceremonia que simboliza el compromiso de la Corona con la independencia del Poder Judicial y en la que el fiscal general del Estado interviene protocolariamente para dar cuenta de la situación del Ministerio Fiscal . Este año, sin embargo, esa intervención estará inevitablemente marcada por la sombra de su procesamiento judicial.

En una democracia saludable, un fiscal general procesado por el Tribunal Supremo por revelación de secretos no se hubiera mantenido ni un minuto en el cargo. Sin embargo, en la España de Pedro Sánchez, la anomalía se ha institucionalizado y la falta de decoro democrático se ha vuelto rutina. El pasado 29 de julio, el Tribunal Supremo confirmó la aper

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