La proliferación de parques fotovoltaicos en suelo rústico de Baleares, especialmente en Mallorca, se ha disparado en la última década como parte de la transición hacia un modelo más limpio y menos dependiente de los combustibles fósiles. Sin embargo, la falta de planificación y criterio ambiental a la hora de ubicarlos genera un amplio rechazo social que el Govern quiere escuchar. A partir de hoy se frena la tramitación de estas infraestructuras, sean grandes o pequeñas, para diseñar una zonificación única y definitiva que establezca dónde construirlos y evitar así que el campo se convierta en un mar de placas.

Actualmente, ya existen diversas regulaciones que se solapan, pero en su conjunto no incentivan un crecimiento inteligente acorde con las necesidades energéticas de cada isl

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