En las últimas décadas, los puertos del país se han consolidado como infraestructuras clave para el desarrollo económico de Chile. Sin embargo, también se han convertido en puntos de alto interés para organizaciones criminales nacionales e internacionales que ven en ellos una puerta de entrada o salida para actividades ilícitas como tráfico de drogas, desviación de precursores químicos, contrabando, tráfico de armas y lavado de activos, entre otros delitos.

Frente a este escenario, resulta relevante fortalecer las capacidades investigativas en las zonas portuarias. Es así que el Ministerio Público, consciente de esta realidad, dio un paso importante en noviembre del año pasado al nombrar fiscales especiales para abordar delitos complejos en los terminales marítimos del país.

En el caso d

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