Cuando era niño e iba a la escuela, Roni Bandini tenía malas notas y algunos problemas de conducta. Vivía con su mamá y su hermano en el barrio porteño de Floresta y solía ojear las revistas de historietas de Lúpin. Los dibujos de ese comic le atraían; en ellos podía ver diagramas con circuitos electrónicos que no entendía, pero lo “hipnotizaban”. A eso de los 10 años sucedió algo que marcaría sus pasos profesionales y artísticos: accedió a una computadora. Llegó a su casa una TK85, un dispositivo que se conectaba al televisor y con el cual aprendió a programar en BASIC con ayuda de libros españoles. Hoy, a sus 51, Bandini tiene decenas de miles de seguidores en Instagram (@ronibandini) y Tik Tok (ronibandini), en donde muestra las llamativas máquinas que crea , como un aparato p

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