En el campo hemos aprendido, hace muchos años, que los trabajos se pueden hacer a mano o con máquinas. Y las máquinas, por razones de competitividad, son las que le han comido el terreno a las cuadrillas de trabajadores que avanzan poco y se sostienen con nóminas muy gravosas. Cuando ahora todo el mundo mira al monte, al que no se ha quemado, y son muchas las voces que reclamamos trabajos de limpieza y conservación para evitar o minimizar los incendios, algunos piensan, equivocadamente, que se resuelve contratando cuadrillas de operarios armados de hachas, motosierras y desbrozadoras de mano. Cuadrillas de operarios sin formación, con pocas ganas de trabajar –por lo general- y sujetos a las inclemencias del tiempo al ser un trabajo en sitios agrestes. Unos días por lluvia y otros días por
A mano o a máquina

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