El reciente acto vandálico que dañó el portal de Flores, uno de los emblemas de la plaza de Armas de Arequipa, pone de manifiesto una alarmante realidad: la fragilidad de nuestro patrimonio histórico y cultural frente a la falta de conciencia colectiva. Aunque el grafiti sobre esta obra arquitectónica se eliminará, el hecho resalta la necesidad urgente de implementar estrategias eficaces para proteger nuestros monumentos históricos.

El portal de Flores, un arco de sillar del siglo XVIII, es mucho más que una estructura arquitectónica; es un testimonio de la rica historia de Arequipa, una ciudad que ha sido testigo de importantes transformaciones sociales, económicas y políticas. Este portal es parte fundamental del conjunto histórico de la plaza de Armas, declarado Patrimonio Cultural de

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