“Todo nació en una charla de amigos –recordó Martín Corso –. Yo me había separado hacía poco y junto a Lucía coincidimos en que las apps no siempre facilitan vínculos reales . Muchas veces terminan generando frustración, porque detrás de esa adrenalina de los likes no hay compromiso ni profundidad. Queríamos otra cosa: un encuentro donde se proponga pensar desde dónde queremos conectar con los demás ”.

En esa línea, Lucía Roitbarg explicó: “Notamos que en los vínculos sexoafectivos lo afectivo está quedando en un segundo plano . La idea fue preguntarnos cómo recuperarlo y, desde la producción, armar una experiencia cuidada, con música, fragmentos de películas, dinámicas de mesas y actividades pensadas para que las personas puedan sentirse cómodas y contenidas”.

El primer encuen

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