La desaparición de Oliver Pugh , un niño británico de tres años , ha continúa sacudiendo las fronteras entre Reino Unido y Rusia , generando una compleja trama familiar que involucra custodia , nacionalidad y conflictos legales transnacionales .
El caso ha captado la atención mediática internacional debido a la ausencia del menor y las extrañas circunstancias que rodean su desaparición, con su madre, Anastasiia Chikina , en el centro de la polémica.
La investigación policial española mantiene una línea que apunta hacia un posible secuestro , tras la desaparición de Oliver junto a su madre Anastasiia Chikina , de 32 años, su abuela Anzhela Nikolenko y su tía adolescente. Las autoridades han activado todos los mecanismos de búsqueda internacional , incluyendo la