La marcha del técnico italiano, forjador de un modelo y ganador de ocho medallas en 15 años, da paso a un periodo de interrogantes por el relevo en el banquillo y en la pista

El aeropuerto chipriota de Larnaca despedía ayer a los jugadores de la selección española de baloncesto rumbo a diferentes destinos. Durante la madrugada había volado Sergio Scariolo después de un adiós algo frío, apenas una aparición durante la cena de la plantilla con una mochila en la espalda, un aplauso y las últimas y breves palabras de agradecimiento antes de enfilar sin compañía la puerta de salida. La derrota ante Grecia acababa de eliminar en la primera fase a la campeona del Eurobasket, la peor clasificación en una gran cita, y cerraba una era, los 15 años y ocho títulos del italiano en el banquillo.

En

See Full Page