Un ciudadano argentino, Mauricio Alejandro Spahn, relata en primera persona su experiencia en las fiestas de Villar del Río, destacando la inmediata y cálida acogida de sus vecinos. A través de su crónica, describe cómo la comunidad combina con naturalidad la devoción religiosa, como la procesión de Santa Filomena, y el ambiente festivo. Su testimonio resalta la capacidad de integración del pueblo soriano, que transformó su visita en un profundo sentimiento de pertenencia familiar.
La experiencia de un recién llegado a las fiestas de Villar del Río demuestra la capacidad de acogida del pueblo soriano. Mauricio Alejandro Spahn, un argentino de 51 años, relata en primera persona una semana de celebraciones donde la fe, la tradición y el humor convierten al visitante en un miembro más de la