Como lo he mencionado antes, desde que se aprobó la reforma judicial —y que ahora cobra mayor vigencia por la toma de protesta de las y los nuevos juzgadores de Chihuahua (o locales) del pasado 1 de septiembre—, existen excelentes, buenos, malos y muy malos juzgadores que se fueron y que también llegan.

Esto lo afirmo porque, con la salida de los jueces que hasta el 31 de agosto de 2025 estaban en funciones, muchas voces se rasgan las vestiduras y lloran “la excelencia judicial” que se va, cuando no es así (al menos no con la gran mayoría). Estoy seguro de que muchas personas que llegan harán un papel igual o mejor que los que se fueron.

Porque no se nace siendo juez, y así como los que se fueron llegaron sin tener experiencia en la función judicial, también llegan ahora las y los nuevos

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