Amanda Anisimova vuelve a una final de Grand Slam . Es la segunda consecutiva, después de la de Wimbledon, en la que vivió un momento traumático que ha logrado superar. La tenista estadounidense, de 24 años, 23 en julio cuando competía en el All England Club, disputaba por primera vez el último partido de un «Grande», y pagó la novatada. Iga Swiatek hizo lo que tenía que hacer, jugar a por todas, y se impuso sin piedad por 6-0 y 6-0 .

Anisimova se fue al vestuario para que no la vieran llorar. Volvió y, como estaba cantado, lloró también en público . Después, siguió haciéndolo. «Lloré media hora en el vestuario. No podía parar de pensar que hubo gente que pagó dinero para ver ese partido», ha confesado. Era un luto que tenía que pasar, pero tampoco dejó que la absorbiera. Swiatek,

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