La guerra en Ucrania se libra, cada vez más, desde el cielo y con enjambres de pequeños aparatos no tripulados. Desde que comenzó el año, Kiev ha logrado entregar más de un millón de drones a sus tropas, una cifra que esperan duplicar hasta los dos millones antes de que finalice 2024. Este despliegue masivo ha sido clave para contener las ofensivas rusas y evitar una derrota, pero no se ha traducido en una victoria decisiva ni en avances de envergadura en el frente. La realidad sobre el terreno dibuja un punto muerto en la contienda aérea, donde ninguno de los dos bandos logra imponer su superioridad. Esta táctica se basa en el uso de con el objetivo de saturar y colapsar las defensas del adversario.

Detrás de esta hazaña productiva y logística se esconde una profunda reforma en los pro

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