En el fútbol de hoy en día, se ha perdido el sentimiento de pertenencia hacia unos colores, hacia un pueblo, hacia un club. Ya son pocos los equipos de Navarra y España entera en los que jugar bajo una entidad ha pasado de ser algo más que un simple sentimiento a un mero trámite necesario. Más bien, una necesidad económica o trabajo remunerado. O como diría Joselu Ardanaz: “El fútbol es una oportunidad de vivir buenos y malos momentos dentro de un colectivo que choca con el individualismo imperante en la actualidad”.

Doble ascenso inesperado

En una época en la que el pueblo agoizko tenía al equipo de fútbol como algo secundario, la llegada de Gerardo Losantos y la formación de un equipo con jugadores de Aoiz, Burlada y Pamplona, logró cambiar la historia del club. En apenas dos años (199

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