La viceprimera ministra británica, Angela Rayner, renunció ayer luego de que se confirmó que no había pagado los impuestos correspondientes en la compra de un departamento en Hove, en la costa sur de Inglaterra. La dimisión llega apenas dos meses después del triunfo laborista y constituye el primer golpe serio a la credibilidad del gobierno de Keir Starmer, que había prometido ética y transparencia.
El caso salió a la luz el miércoles último, cuando un periodista independiente reveló documentos que mostraban irregularidades en la transacción inmobiliaria. La denuncia apuntaba a que Rayner no pagó el impuesto de timbre, un gravamen obligatorio sobre la compra de bienes raíces en el Reino Unido, más alto en las viviendas de mayor valor o en segundas residencias. Según los informes, el incum