Estados Unidos, según el presidente Donald Trump, es una nación en crisis. Los problemas son profundos y urgentes, y él asegura saber cómo solucionarlos. Sin embargo, sus ideas son difíciles de implementar: requieren nueva legislación o complejos procedimientos legales. Por suerte, existe una vía más directa: declarar un estado de emergencia, lo que otorga al presidente poderes extraordinarios.
Trump ha emitido casi una decena de declaraciones de emergencia. Según él, puede imponer aranceles para contener el déficit comercial; deportar migrantes sin el debido proceso alegando la invasión de la banda venezolana Tren de Aragua; desplegar a la Guardia Nacional en ciudades como Los Ángeles para sofocar protestas y la delincuencia; e incluso solicitar a la Corte Suprema sentencias de emergenci